CAPITULO 6 EN EL QUE LAS COSAS QUE CUENTO AL PRINCIPIO SON TRISTES Y
DESPUÉS NO TANTO.
EL TRIBUNAL FORMADO POR MI FAMILIA LO DECLARÓ CULPABLE Y
DICTAMINÓ QUE DIMINUTO SE TENÍA QUE IR. NO
APELÉ PORQUE YA NO ME QUEDABAN ARGUMENTOS
PARA DEFENDERLO, NI SIQUIERA EL ARTÍCULO DE PSICOLOGÍA. EL SIGUIENTE FIN DE SEMANA LO LLEVARÍAMOS A LA QUINTA DE UNOS PRIMOS EN ESCOBAR QUE TENÍA UN GRAN PARQUE.
ESA FUE LA PEOR SEMANA DE MI VIDA. POR MÁS QUE DIMINUTO ME
TRAÍA EL ESCARBADIENTES PARA JUGAR, ME DABA LA
«MANO» O SE PARABA EN DOS PATAS, NADA ME DEVOLVÍA LA ALEGRÍA. Y DIMINUTO SE DABA CUENTA, PORQUE SE ACURRUCABA EN MI
MANO Y HACÍA UNOS GUAU MÁS FINITOS QUE DE
COSTUMBRE.
CREO QUE MI FAMILIA TAMBIÉN ESTABA UN POCO TRISTE.
INTENTABAN CONSOLARME DE
DISTINTAS MANERAS: PAPÁ ME DECÍA QUE ERA MEJOR ASÍ, QUE EN LA
QUINTA DIMINUTO IBA A ESTAR MEJOR, QUE EL
LUGAR ADONDE LO ÍBAMOS A LLEVAR ERA MEJOR…
MAMÁ ERA MÁS CREATIVA: ME DECÍA QUE TODOS NOS
HABÍAMOS ENCARIÑADO CON DIMINUTO Y LO ÍBAMOS A EXTRAÑAR, PERO UN PERRO NECESITA ESPACIO PARA DESCARGAR ENERGÍAS Y MIS PRIMOS LO IBAN A TRATAR BIEN Y YO PODRÍA IR A VERLO DE VEZ EN CUANDO… HASTA CAROLINA INTENTÓ CONSOLARME Y SE OFRECIÓ A GRABAR LOS LADRIDOS DE DIMINUTO, PARA QUE ME QUEDARAN DE RECUERDO, CON EL GRABADOR NUEVO CON MICRÓFONO Y PARLANTES QUE FACUNDO LE HABÍA REGALADO. PERO YO NO TENÍA
CONSUELO.
EL VIERNES A LA NOCHE, LOS PADRES DE FACUNDO NOS INVITARON A
CENAR. ESTA VEZ DIMINUTO, QUE HABÍA ESTADO MUY
RARO TODA LA TARDE, GRUÑENDO POR LA VENTANA Y
HACIENDO GUAUS EXTRAÑOS, NO ME TIRONEÓ LOS CORDONES PARA QUE NO LO DEJARA SOLO.
YO PENSÉ QUE, A LO MEJOR, PRESENTÍA QUE AL DÍA SIGUIENTE SE IRÍA
PARA SIEMPRE DE CASA Y POR ESO SE PORTABA ASÍ.
O QUE POR FIN HABÍA ENTENDIDO, AUNQUE
DEMASIADO
TARDE, QUE NO PODÍA IR A TODOS LADOS CONMIGO. ME APENÉ TODAVÍA
MÁS Y ME FUI CON MI FAMILIA, DESPUÉS DE ATARLO
CON SU CORREA DE PIOLÍN A LA PATA DE LA SILLA.
DURANTE LA CENA NO COMÍ CASI NADA. LA TRISTEZA SE ME HABÍA
ANUDADO EN EL ESTÓMAGO Y SÓLO PENSABA EN MI
PERRO.
CUANDO REGRESAMOS A CASA, NOS DIMOS CUENTA DE QUE ALGO
RARO HABÍA SUCEDIDO. LA REJA ESTABA ABIERTA Y
HABÍA UNA VENTANA ROTA. ADENTRO SE ESCUCHABAN
RUIDOS, GRITOS Y VARIOS GUAUS, PERO NO GUAUS FINITOS. GUAUS GRUESOS Y RABIOSOS,
MEZCLADOS CON ¡GRRRS! Y ¡AHUUÚS!
—NO ME DIGAN QUE DIMINUTO HIZO OTRA DE LAS SUYAS
—REFUNFUÑÓ MI PAPÁ, PONIENDO LA LLAVE EN LA
CERRADURA. PERO, AL ENTRAR Y ENCENDER LAS
LUCES, LOS CUATRO NOS QUEDAMOS PARALIZADOS. LA
CASA, O LO QUE QUEDABA DE ELLA, ERA OTRA VEZ UN DESASTRE: MUEBLES CAÍDOS, MACETAS TIRADAS, ADORNOS DE CERÁMICA ROTOS, PAPELES POR EL SUELO… SÓLO QUE, EN UN RINCÓN, HABÍA UN HOMBRE ACURRUCADO. TENÍA PUESTA UNA MÁSCARA Y SE CUBRÍA LA CABEZA CON LAS MANOS,
MIENTRAS LLORABA Y GRITABA:
—POR FAVOR, SÁQUENME A ESTA BESTIA DE ENCIMA, ME VA A
DESTROZAR, PREFIERO IR PRESO, POR FAVOR, ESTÁ
RABIOSO, QUE NO ME MUERDA…
PARADO SOBRE UNA DE LAS TECLAS DEL GRABADOR DE MI HERMANA,
ESTABA DIMINUTO LADRÁNDOLE AL MICRÓFONO SUS
LADRIDOS, SUS GRUÑIDOS Y SUS AULLIDOS FINITOS, AUNQUE MUY ENOJADOS. PORQUE DIMINUTO SERÁ PERRO, Y PERRO CHIQUITO ADEMÁS, PERO ES VALIENTE Y HABÍA DEFENDIDO LA CASA COMO EL MÁS FEROZ DE LOS MASTINES.
LA POLICÍA NOS EXPLICÓ QUE HACÍA VARIOS DÍAS QUE LE
ANDABAN SIGUIENDO EL RASTRO A ESE LADRÓN Y QUE
SEGURAMENTE HABÍA ESTADO MERODEANDO LA CASA
TODA LA TARDE, LO QUE EXPLICABA LA CONDUCTA DE
DIMINUTO, PORQUE LOS PERROS, AUNQUE SEAN CHIQUITOS, SON MUY PERCEPTIVOS.
SE LLEVARON DETENIDO AL LADRÓN Y, DESPUÉS DE TOMARNOS DECLARACIONES Y VERIFICAR QUE NO NOS HABÍA ROBADO NADA, SE FUERON.
YO ESTABA TAN ORGULLOSO DE DIMINUTO, QUE POR UN MOMENTO ME
OLVIDÉ DE QUE AL OTRO DÍA SE IBA A IR.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario