CAPÍTULO 3: EN EL QUE CUENTO COMO EMPEZARON LOS PROBLEMAS CON LA
CASCARRABIAS DE CAROLINA
MI HERMANA SE OFENDIÓ TANTO, PERO
TANTO CON EL ASUNTO DEL PERRO, QUE SE LA PASÓ ESTORNUDANDO Y PROTESTANDO VARIOS
DÍAS, Y AUNQUE DIMINUTO LE MOVÍA LA COLA Y LE HACÍA FIESTAS CUANDO LA VEÍA, MI
HERMANA LE CONTESTABA DE MAL MODO.
—SALÍ DE ACÁ, PERRO… FUERA, BICHO
INMUNDO… NO QUIERO VERTE, PULGUIENTO… NO TE ME ACERQUES, ENGENDRO… Y PASÓ LO
QUE TENÍA QUE PASAR. PORQUE DIMINUTO SERÁ PERRO, Y PERRO CHIQUITO ADEMÁS, PERO
TIENE ORGULLO. Y LE TOMÓ IDEA A CAROLINA. ENTONCES, UNA NOCHE, SE METIÓ EN SU
HABITACIÓN Y LE MORDISQUEÓ TODAS LAS MEDIAS DE NAILON. CAROLINA SE QUEJÓ CON MI
MAMÁ, PERO NO HABÍA PRUEBAS CONCRETAS CONTRA EL PERRO, ASÍ QUE NO PUDIERON CULPARLO.
A LOS POCOS DÍAS, MI HERMANA SE COMPRÓ UNA BLUSA CON PUNTILLAS Y FLORES BORDADAS,
PORQUE TENÍA UN BAILE Y QUERÍA IMPRESIONAR A FACUNDO, EL CHICO QUE LE GUSTABA.
DESPUÉS DE PLANCHARLA CON DOS LITROS DE APRESTO, PARA QUE LAS PUNTILLAS LE
QUEDARAN DURAS, LA DEJÓ ESTIRADA SOBRE SU CAMA Y FUE A BAÑARSE.
QUIZÁ YO HUBIERA PODIDO IMPEDIR
LA TRAGEDIA, SI EN ESE MOMENTO NO HUBIERA ESTADO OCUPADO RESOLVIENDO LAS DIEZ CUENTAS
DE DIVIDIR QUE ME HABÍA DADO LA MAESTRA. PERO LA CUESTIÓN ES QUE, CUANDO ESTABA
TRATANDO DE PENSAR CUÁNTO ERA 10574 DIVIDIDO 93, UN GRITO DIGNO DE LA MEJOR PELÍCULA
DE TERROR ME DISTRAJO DE MIS PENSAMIENTOS MATEMÁTICOS. CORRÍ A LA HABITACIÓN DE
MI HERMANA, QUE, ENVUELTA EN UNA TOALLA Y CON EL CABELLO MOJADO, LLORABA Y
ESTORNUDABA CON SU BLUSA EMPAPADA EN LAS MANOS.
—¿QUÉ TE PASÓ, NENA? —LE PREGUNTÓ
MAMÁ.
—ESE…, SNIF…, PERRO…, ¡ATCHÍS!…,
SALVAJE…, ¡SNIF!, ME…, ¡ATCHÍS!, ARRUINÓ…, MI…, ¡SNIF!, BLUSA…, ¡BUAH!
—DECÍA CAROLINA EN MEDIO DE UN
CHARCO FORMADO POR EL AGUA QUE CHORREABA ELLA, MÁS LAS LÁGRIMAS, MÁS EL LÍQUIDO
AMARILLENTO Y MALOLIENTE QUE CAÍA DE LA BLUSA Y QUE PARECÍA…
—¡PIS! —GRITÓ CAROLINA—. ESE PERRO
HIZO PIS EN MI BLUSA NUEVA.
—UN PERRO TAN CHIQUITO NO PUEDE HACER
TANTO PIS COMO PARA EMPAPARLA DE ESA MANERA —INTENTÉ DEFENDERLO, PERO MI MAMÁ
ME MIRÓ CON ESA CARA QUE PONEN LAS MAMÁS CUANDO SE ENOJAN.
—DESPUÉS VOY A HABLAR CON VOS, FEDERICO
—ME DIJO—. AHORA ANDÁ A TU HABITACIÓN QUE VOY A AYUDAR A TU HERMANA. ME FUI
BASTANTE PREOCUPADO. DIMINUTO SE HACÍA EL DORMIDO EN SU CUCHA, HECHA CON UNA
CAJA DE FÓSFOROS, QUE ESTABA AL LADO DE MI CAMA. CUANDO ENTRÉ, ABRIÓ UN OJO Y
ME ESPIÓ.
—VENÍ, DIMINUTO —LO LLAMÉ. DE UN SALTO
SE TREPÓ A MI MANO Y LO ACERQUÉ BIEN A MI CARA, PARA ME ESCUCHARA ATENTAMENTE—.
TENEMOS QUE HABLAR DE HOMBRE A HOMBRE O, MEJOR DICHO, DE HOMBRE A PERRO.
DIMINUTO BAJÓ LAS OREJAS Y METIÓ
LA COLA ENTRE LAS PATAS.
—YO SÉ QUE CAROLINA ES UNA ODIOSA—LE
EXPLIQUÉ—. LAS HERMANAS SON UNPOCO MOLESTAS, PERO HAY QUE TENERLES PACIENCIA. A
ELLA NO LA VAN A ECHAR. SI SEGUÍS HACIENDO LÍO, TE VAN A ECHAR A VOS.
¿ENTENDISTE? DIMINUTO SE HIZO UN BOLLITO Y ME LAMIÓ EL DEDO. ERA EVIDENTE QUE
ESTABA ARREPENTIDO.
—PROMETEME QUE NO VAS A VOLVER A MOLESTARLA
—LE DIJE.
DIMINUTO ME CONTESTÓ CON UN GUAU CORTITO.
—NO —INSISTÍ, PONIÉNDOME SERIO—. TENÉS
QUE DARME TU PALABRA DE PERRO.
DIMINUTO, ENTONCES, ME LADRÓ UN GUAU
LARGO Y YO LO ACARICIÉ Y LE RASQUÉ ATRÁS DE LAS OREJAS COMO A ÉL LE GUSTA. COMO
MI MAMÁ LE LAVÓ Y LE PLANCHÓ LA BLUSA A CAROLINA, LE QUEDÓ PERFECTA Y PUDO IR A
LA FIESTA HECHA UNA MUÑECA. Y POR SUERTE ESA MISMA NOCHE SE PUSO DE NOVIA CON
FACUNDO, Y CON LA EMOCIÓN Y ESAS COSAS DEL NOVIAZGO SE OLVIDÓ DE LA TRAVESURA
DE DIMINUTO. Y, POR SUERTE, PUDE CONVENCER A MI MAMÁ PARA QUE LE DIERA UNA
NUEVA OPORTUNIDAD. DIMINUTO CUMPLIÓ SU PALABRA DE PERRO Y NO VOLVIÓ A MOLESTAR
A MI HERMANA. PORQUE DIMINUTO SERÁ PERRO, Y PERRO CHIQUITO ADEMÁS, PERO TIENE
HONOR. ASÍ QUE LA EN MI CASA VOLVIÓ A LA NORMALIDAD. AL MENOS POR UN TIEMPO.
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