CAPITULO 2 EN EL QUE EXPLICO JUSTAMENTE LO QUE PASÓ
UN DOMINGO A LA MAÑANA, MIENTRAS IBA
A COMPRAR PAN (QUE ES UNA DE LAS TAREAS DOMÉSTICAS QUE ME CORRESPONDEN A MÍ),
ME AGACHÉ PARA ATARME EL CORDÓN DE UNA ZAPATILLA. ENTONCES ESCUCHÉ UN RUIDITO.
MIRÉ PARA TODOS LADOS Y, COMO NO VI NADA, DECIDÍ CONTINUAR MI CAMINO. PERO
VOLVÍ A OÍR UN RUIDO. PARECÍA UN GEMIDO. PRESTÉ MUCHA ATENCIÓN PARA AVERIGUAR
DE DÓNDE SALÍA Y VI ALGO QUE SE MOVÍA EN UNA BALDOSA. «SERÁ UNA HORMIGA»,
PENSÉ, PERO LAS HORMIGAS NO HACEN RUIDO, ASÍ QUE ME PUSE DE RODILLAS PARA VER
MEJOR. SÍ, HABÍA ALGO QUE SE MOVÍA EN LA BALDOSA, ERA TAN PEQUEÑO QUE NO
ALCANZABA A DISTINGUIR QUÉ ERA. ME AGACHÉ MÁS Y, CUANDO MI NARIZ TOCÓ EL SUELO,
LO DESCUBRÍ. TUVE QUE FRUNCIR LOS OJOS PARA VER CON CLARIDAD. DEFINITIVAMENTE,
NO ERA UNA HORMIGA, PORQUE NO TENÍA ANTENAS. TAMPOCO UN CIEMPIÉS, PORQUE SOLO TENÍA
CUATRO PIES, O MEJOR DICHO CUATRO PATAS. MOSCA MENOS, PORQUE NO SE LE VEÍAN
ALAS. DE ZOOLOGÍA MUCHO NO SÉ, PERO DE ALGO ESTABA SEGURO: ESO NO ERA UN
INSECTO. ENTONCES, ¿QUÉ? LA RESPUESTA ME LA DIO ÉL MISMO CUANDO, PARA MI
SORPRESA, SE ME TREPÓ A LA NARIZ E HIZO UN SONIDO INCONFUNDIBLE:—GUAU.
¡ERA UN PERRO! ¿QUÉ OTRA COSA
PODÍA SER? LOS ÚNICOS QUE HACEN GUAU SON LOS PERROS. SI HUBIERA HECHO ¡GRRRR!,
HABRÍA DUDADO, YA QUE LOS GRUÑIDOS NO SON EXCLUSIVOS DE LOS PERROS. MI MAESTRA,
POR EJEMPLO, GRUÑE, Y MI HERMANA CAROLINA, TAMBIÉN. PERO NINGÚN OTRO SER HACE
GUAU, A MENOS QUE SEA PERRO.
—GUAU —REPITIÓ EL PERRO DESDE MI NARIZ
Y, COMO ME ESTABA PONIENDO BIZCO DE TANTO MIRARLO, LO TOMÉ CON SUAVIDAD Y LO
PUSE EN LA PALMA DE MI MANO. ENTONCES, LO MIRÉ CON MUCHA ATENCIÓN: TENÍA HOCICO
DE PERRO, COLA DE PERRO, CARA DE PERRO Y HACÍA GUAU. ERA UN PERRO. UN PERRO
NEGRO CON ALGUNAS MANCHITAS BLANCAS. ERA UN PERRO DE TRES CENTÍMETROS DE LARGO
Y DOS DE ALTO. UN PERRO CHIQUITO, PERO PERRO AL FIN. LO ACARICIÉ CON LA PUNTA
DEL DEDO MEÑIQUE Y ME MOVIÓ LA COLA. EL CORAZÓN EMPEZÓ A LATIRME COMO SI FUERA
A ESCAPARSE DE MI PECHO, Y SENTÍ COMO UN CALORCITO ADENTRO QUE NO PUEDO EXPLICAR
CON PALABRAS. NO LO PODÍA CREER. NUNCA HABÍA VISTO UN PERRO DE ESE TAMAÑO, NI SIQUIERA
EN LA ENCICLOPEDIA CANINA DE DIEZ TOMOS QUE ME HABÍA REGALADO MI MADRINA, Y QUE
YO HABÍA LEÍDO Y RELEÍDO TREINTA Y DOS VECES.
EL PERRO ME LAMIÓ EL DEDO GORDO Y
SE PUSO PATAS PARA ARRIBA PARA QUE LE HICIERA COSQUILLAS EN LA PANZA. ERA EVIDENTE
QUE YO LE HABÍA CAÍDO BIEN. ¿QUÉ IBA A HACER CON ÉL? NO PODÍA DEJARLO AHÍ
PORQUE LO PODÍA PISAR CUALQUIERA, CONFUNDIÉNDOLO CON UNA HORMIGA, AUNQUE ERA
GRANDE PARA SER HORMIGA. EN ESE MOMENTO, SE ME OCURRIÓ UNA IDEA LOCA: LLEVARLO
A CASA. PODÍA TENERLO ESCONDIDO, SIN QUE NADIE LO NOTARA, DESPUÉS DE TODO ERA
MUY CHIQUITO. ¿Y SI ME DESCUBRÍAN? DECIDÍ ARRIESGARME Y AFRONTAR LAS CONSECUENCIAS.
AL FIN Y AL CABO, NUNCA HABÍA DESOBEDECIDO A MIS PADRES (SALVO UN PAR DE VECES
QUE NO SE CUENTAN, PORQUE FUERON DESOBEDIENCIAS INSIGNIFICANTES) Y ESTA PODÍA CONSIDERARSE
UNA DESOBEDIENCIA MUY PEQUEÑA, DEBIDO AL TAMAÑO DEL PERRO. ASÍ QUE ME LO PUSE
EN EL BOLSILLO DE LA CAMISA, JUNTO CON UNAS MIGUITAS DE PAN PARA QUE ESTUVIERA
ENTRETENIDO, Y REGRESÉ A MI CASA CON CARA DE SANTO DE ESTAMPITA DE COMUNIÓN.
—A COMER —DIJO MI MAMÁ, TRAYENDO
UNA FUENTE DE RAVIOLES CON ESTOFADO.
MAMÁ SIRVIÓ LA COMIDA Y, CUANDO
YO ME ESTABA POR PONER EL PRIMER RAVIOL EN LA BOCA, MI HERMANA ESTORNUDÓ.
—¿QUÉ TE PASA, NENA? —LE PREGUNTÓ
MI PAPÁ, QUE ESTABA SENTADO A MI LADO.
—NO SÉ —CONTESTÓ CAROLINA ESTORNUDANDO
OTRA VEZ—. PARECE QUE ME DIO ALERGIA.
—PERO LOS RAVIOLES NUNCA TE
DIERON ALERGIA —SE EXTRAÑÓ MI MAMÁ, MIENTRAS CORTABA LA CARNE DEL ESTOFADO Y
PONÍA UN TROZO EN CADA PLATO.
—YA…, ¡ATCHÍS!, LO…, ¡ATCHÍS!,
SÉ…, ¡ATCHÍS! —ESTORNUDÓ, DIGO, CONTESTÓ MI HERMANA.
YO EMPECÉ A PONERME NERVIOSO, PORQUE
MI BOLSILLO COMENZÓ A MOVERSE DE UN LADO PARA OTRO, HASTA QUE SE ESCUCHÓ UN
GUAU FINITO.
—¿QUÉ FUE ESO? —PREGUNTÓ MI PAPÁ,
QUE NO SERÁ CREATIVO PARA LAS EXPLICACIONES PERO TIENE MUY BUEN OÍDO.
—YO… ESTEE… ME ATRAGANTÉ CON UN RAVIOL
—MENTÍ, Y ME PUSE A TOSER PARA DISIMULAR OTROS TRES GUAUS MENOS FINITOS QUE
SALIERON DE MI BOLSILLO.
—AQUÍ…, ¡ATCHÍS!, HAY…, ¡ATCHÍS!,
GATO ENCERRADO…, ¡ATCHÍS! —DIJO MI HERMANA, QUE ADEMÁS DE CASCARRABIAS ES DESCONFIADA.
MI BOLSILLO ESTABA ALOCADO, PROBABLEMENTE
PORQUE EL OLORCITO DEL ESTOFADO DE MI MAMÁ ES IRRESISTIBLE, Y SIN QUE PUDIERA
HACER NADA PARA IMPEDIRLO, EL PERRO ASOMÓ SU CABEZA Y DE UN SALTO CAYÓ EN EL
PLATO, SALPICÁNDONOS A TODOS CON LA SALSA, Y SE PUSO A COMER COMO UN
DESESPERADO.
—¿QUÉ ES ESO? —GRITÓ MI MAMÁ, ASUSTADA.
—ES UN BICHO —DIJO MI PAPÁ.
—ES… UN… MONSTRUO…, ¡ATCHÍS! —ESTORNUDÓ
MI HERMANA, QUE ADEMÁS DE CASCARRABIAS Y DESCONFIADA, ES UN POCO EXAGERADA.
—NO —CONFESÉ YO, MÁS COLORADO QUE
LA SALSA—. ES UN… PERRO…
—¡¿UN PERRO?! —REPITIERON LOS
TRES,MIRÁNDOME PRIMERO A MÍ Y DESPUÉS A MI PEQUEÑO AMIGO, QUE SEGUÍA MORDISQUEANDO
LA CARNE DEL ESTOFADO SIN ENTERARSE DE LA CRISIS QUE HABÍA DESATADO SU
PRESENCIA.
—¿DE DÓNDE SALIÓ? —ME PREGUNTÓ MI
MAMÁ.
—DE MI BOLSILLO —MURMURÉ YO, SONRIENDO
INOCENTEMENTE PARA SUAVIZAR LOS ÁNIMOS.
—¿Y CÓ-MO LLE-GÓ A TU
BOL-SILLO?—GRITÓ MI PAPÁ, QUE CUANDO SE ENOJA SEPARA LAS PALABRAS EN SÍLABAS.
ENTONCES LES CONTÉ CÓMO LO HABÍA ENCONTRADO
EN LA VEREDA CUANDO IBA A COMPRAR EL PAN Y LO HABÍA CONFUNDIDO CON UNA HORMIGA,
PERO DESPUÉS HIZO GUAU Y, CLARO, LAS HORMIGAS GUAU NO HACEN, ASÍ QUE MIRÉ BIEN
Y ME DI CUENTA DE QUE ERA PERRO, Y SI LO DEJABA AHÍ, POBRE, TAN CHIQUITO,
ALGUIEN QUE FUERA CORTO DE VISTA O DISTRAÍDO LO IBA A PISAR Y ME DIO LÁSTIMA, Y
SE ME OCURRIÓ TRAERLO PORQUE A MÍ ME GUSTAN TANTO LOS PERROS, Y LO ESCONDÍ EN
EL BOLSILLO, Y… CUANDO TERMINÉ DE CONTAR MI HISTORIA, UN POCO DESORDENADA
PORQUE ESTABA MUY NERVIOSO Y ADEMÁS MI HERMANA ME INTERRUMPÍA A CADA RATO CON SUS
ESTORNUDOS, EL PERRO, QUE SE HABÍA COMIDO TODA LA CARNE, SALIÓ DE LA FUENTE Y, MOVIENDO
LA COLA SE ME ACERCÓ, HIZO UN GUAU CORTO, DIO CUATRO VUELTAS Y SE ECHÓ A DORMIR
SOBRE LA SERVILLETA.
—NUNCA HABÍA VISTO UN PERRO TAN CHIQUITO
—DIJO MI MAMÁ SONRIENDO, Y MIRANDO LA FUENTE VACÍA AGREGÓ—: SE VE QUE TENÍA
HAMBRE.
—PARECE MANSITO —COMENTÓ MI PAPÁ,
ACERCÁNDOSE PARA VERLO MEJOR Y RASCÁNDOLE ATRÁS DE LAS OREJAS, QUE ES UNA FORMA
DE MIMO MUY APRECIADA POR LOS PERROS.
—YO…, ¡ATCHÍS! Y SABÍA…, QUE…,¡ATCHÍS!,
HABÍA…, ¡ATCHÍS!, GATO ENCERRADO…, ¡ATCHÍS! —DIJO LA AMARGA DE MI HERMANA.
—PERRO ENCERRADO, QUERRÁS DECIR —
SE RIO MI MAMÁ, QUE ES CREATIVA NO SOLO PARA DAR EXPLICACIONES, SINO TAMBIÉN PARA
HACER CHISTES.
MI PAPÁ LE FESTEJÓ LA OCURRENCIA
A MI MAMÁ, Y AL VER QUE SE REÍAN CON TANTAS GANAS COMPRENDÍ QUE TENÍA FRENTE A
MÍ LA MEJOR OPORTUNIDAD DE MI VIDA. «AHORA O NUNCA», PENSÉ Y, TOMANDO CORAJE,
LES PREGUNTÉ:
—¿ME LO PUEDO QUEDAR? MIS PADRES
DEJARON DE REÍRSE Y SE MIRARON, SIN CONTESTAR NADA.
—ES TAN CHIQUITO —INSISTÍ YO QUE,
COMO YA DIJE VARIAS VECES, SOY ESPECIALISTA EN INSISTIR—. NO VA A DAR MUCHO
TRABAJO. YO ME VOY A OCUPAR DE TODO: DE BAÑARLO, DE SACARLO A PASEAR, DE DARLE
DE COMER…
—MMMM, NO SÉ —DIJO MI MAMÁ.
—MMMM, NO SÉ —DIJO MI PAPÁ.
—¡ATCHÍS! —DIJO MI HERMANA.
—POR FAVOR —SUPLIQUÉ—. ES LO QUE MÁS
QUIERO EN LA VIDA. AUNQUE SEA QUE SE QUEDE UN TIEMPO, PARA PROBAR…
—ESTÁ BIEN —DIJO MI MAMÁ—. PERO AL
MENOR PROBLEMA…
—¡BRAVO! ¡VIVA! —LA INTERRUMPÍ, SALTANDO
DE ALEGRÍA Y CORRIENDO A ABRAZARLA—. GRACIAS, MAMI. GRACIAS, PAPÁ.
-BUENO, FEDE —AGREGÓ MI PAPÁ—.PERO
YA OÍSTE A TU MADRE. SI HAY ALGÚNPROBLEMA…
—NO VA A HABER NINGÚN PROBLEMA, PAPITO
—LE ASEGURÉ YO, QUE NO PODÍA DEJAR DE BAILAR.
MI HERMANA QUERÍA PROTESTAR, PERO
COMO ESTORNUDABA Y ESTORNUDABA NO PUDO DECIR NI UNA PALABRA Y SE FUE OFENDIDA A
SU HABITACIÓN. CON TANTO ESCÁNDALO, EL PERRO SE DESPERTÓ Y EMPEZÓ A LADRAR CON
MUCHOS GUAU. YO LO PUSE EN LA PALMA DE MI MANO Y ME LO ACERQUÉ A LA CARA.
—¿CÓMO SE VA A LLAMAR? —PREGUNTÓ MI
MAMÁ, ACARICIÁNDOLO.
—TODAVÍA NO SÉ —RESPONDÍ—. YO TENÍA
PREPARADA UNA LISTA LARGA DE NOMBRES DE PERRO POR SI ALGÚN DÍA ME DABAN PERMISO
PARA TENER UNO, PERO AHORA NO ESTOY MUY SEGURO…
—¿QUÉ TE PARECE PEQUEÑÍN? —
PROPUSO MI MAMÁ.
—O COLITA —AGREGÓ PAPÁ.
—NO —CONTESTÉ—. QUIERO UN NOMBRE
IMPORTANTE PARA MI PERRO. MAXIMILIANO, POR EJEMPLO. O ARISTÓTELES.
—SON MUY LARGOS —OPINÓ MI MAMÁ.
—ASESINO —SE ME OCURRIÓ.
—ES MUY AGRESIVO —DIJO PAPÁ—.MEJOR
SANSÓN.
—ES NOMBRE DE PERRO GRANDE —LE CONTESTÓ
MI MAMÁ—. TIENE QUE SER NOMBRE PARA PERRO CHICO.
—NEGRITO, MANCHITA, MOÑITO… —PENSABA
MI PAPÁ EN VOZ ALTA.
—PIRATA, PULGARCITO, MORDISCO… — PENSABA
MI MAMÁ EN VOZ ALTA.
—MMMM —DUDABA YO—. NO ME CONVENCE
NINGUNO.
—ES QUE ES DIFÍCIL PONERLE UN NOMBRE
A UN PERRO TAN…, TAN… —SEGURO QUE MI MAMÁ QUERÍA DECIR CHIQUITO, PERO COMO ES
MUY CREATIVA DIJO—: DIMINUTO…
—DIMINUTO —REPETÍ YO—. DIMINUTO ES
UN NOMBRE IMPORTANTE. SE VA A LLAMAR DIMINUTO.
—ES UN NOMBRE RARO —OPINÓ MI
PAPÁ.
—ES QUE ES UN PERRO RARO —AGREGÓ MI
MAMÁ.
—ES UN NOMBRE PERFECTO PARA ÉL —DIJE
COMPLETAMENTE CONVENCIDO Y, DIRIGIÉNDOME A MI PERRO, LE PREGUNTÉ—: ¿TE GUSTA EL
NOMBRE, DIMINUTO?
ÉL HIZO DOS GUAU MEDIO FINITOS Y
YO, QUE ENTIENDO MUCHO DE PERROS, ME DI CUENTA DE QUE LE GUSTABA SU NOMBRE.
—BUENO, A COMER LOS RAVIOLES —ORDENÓ
MI MAMÁ—. PERO YA SABÉS, FEDERICO, AL MENOR PROBLEMA…
—NO VA A HABER NINGÚN PROBLEMA, MAMÁ
—LE ASEGURÉ—. ¿NO ES CIERTO, DIMINUTO?
DIMINUTO ME CONTESTÓ CON VARIOS GUAU
Y YO ME COMÍ LOS RAVIOLES MÁS FRÍOS Y MÁS SABROSOS DE TODA MI VIDA.
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